El 28 de enero de 1986, hace hoy 25 años, a las 17:39 hora de España, 73 segundos después de despegar en la misión STS-51-L de la NASA y a una altura de 14,6 kilómetros, el transbordador espacial Challenger se desintegraba en medio del aire y morían sus siete tripulantes, dando lugar a una de las imágenes más representativas del siglo pasado.
La causa última de su desintegración fue la separación parcial del propulsor de combustible sólido derecho, producida por una fuga de gases en ignición que quemaron su soporte inferior debilitándolo hasta que se rompió, quedando el propulsor medio suelto.
Esto hizo que de repente el Challenger empezara a volar de lado, quedando expuesto a unas fuerzas de aproximadamente 20g, muy superiores a los 5g para los que estaba diseñado, que provocaron su destrucción.
La tripulación dirigiéndose a la nave para el lanzamientoNASA
Challenger, 25 años de la tragedia espacialNASA
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